¡Rescatemos la memoria artesanal!
Pedro Amill – Quiles, MLS, CLA
Resumen
Este articulo se basa en la Teoría del Folclor de Celso Lara, la misma establece que el hombre tiene la necesidad de crear mecanismos para preservar y transmitir su pasado; de igual forma tiene la necesidad de conservar y transmitir sus tradiciones.Se presenta al artesano como preservador y difusor de la información histórico- cultural.Con el lema ¡Rescatemos la memoria artesanal! se pretende crear conciencia de la necesidad existente de crear algún mecanismo dirigido a recopilar y preservar la información relacionada con el patrimonio artesanal puertorriqueño. Un patrimonio compuesto por conocimiento tácito, (conocimiento no recopilado que se encuentra en la memoria de nuestros artesanos) y el conocimiento explicito (conocimiento ya investigado y publicado, disperso, en espera de ser rescatado y preservado).En el patrimonio artesanal se enmarca gran parte de la historia cultural del Pueblo Puertorriqueño, así que ¡Rescatemos la memoria artesanal!
Artesanía Puertorriqueña, sin duda alguna éste término, recoge una gama de información y conocimiento que lo distinguen como pueblo.Desde el güiro a la higüera, del tambor a las máscaras, del tiple al cuatro puertorriqueño, definitivamente elementos artesanales que definen lo que es el pueblo puertorriqueño, su historia, su herencia cultural, su pasado.Un pasado que define el presente y que continuará vigente en el futuro de todo puertorriqueño, tanto el local como en la diáspora, quienes luchan por mantener vivas sus raíces y tradiciones que dejaron al marcharse de su preciado Puerto Rico.
Al remontarse en la historia, es a partir del 1955, cuando se comienza a crear conciencia de la importancia del patrimonio artesanal puertorriqueño y se comienza a investigar sobre este particular.Ejemplo de esto es la creación de la ley número 55 quecrea el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), dirigido por el Dr. Ricardo Alegría.Surgen los reconocimientos a los artesanos, ferias de artesanías, festivales en los municipios, en fin, un sin número de actividades que producen material informativo referente al artesano puertorriqueño.Un cúmulo de información oral y escrita dispersa que lleva a plantear una pregunta obligada ¿existe algún organismo que se encargue de recopilar ese material informativo?Es de vital importancia ubicar y proporcionar información al historiador, al sociólogo, al promotor, al investigador y al pueblo, carente de información disponible.
Tricoche (1998), presenta la artesanía tradicional como una manifestación de gran importancia para el testimonio del patrimonio cultural.Por medio de esta se pueden evidenciar los procesos de formación histórica, el desarrollo social, tecnológico y el medioambiente de las comunidades dedicadas a la producción artesanal. Es necesario conocer aquellas artesanías que están en peligro de desaparecer y saber qué artesanos, si alguno, las está trabajando.Hay que documentar la labor y salvaguardar el conocimiento de estos artesanos para beneficio de futuras generaciones y preservar nuestra herencia cultural.
Mejía (1989) menciona que las actividades artesanales sufren cambios a través del tiempo, por lo que es imperativo tomar la tarea de recopilar toda la información posible referente al artesano y su actividad artesanal.Por otro lado, es necesario conocer las necesidades de información de los investigadores, los promotores y las agencias gubernamentales que establecen políticas relacionadas con el acervo artesanal.
Según Hernández (2002), fue a partir de los años cuarenta y cincuenta del siglo XX que la gestión de unos cuantos hombres provocaron la salida del estancamiento económico en Puerto Rico y posicionaron los aspectos culturales en un sitial de preferencia. Igualmente, la autora expresa que fue Don Ricardo Alegría quien luchó y todavía continúa su gestión por preservar el patrimonio cultural como legado para generaciones presentes y futuras. Muestras que certifican el tesón de Don Ricardo Alegría: su lucha contra los comerciantes y la visión de convertir la ciudad de San Juan en una copia de Nueva York y la destrucción del Convento de las monjas Carmelitas para edificar un estacionamiento; destrucción detenida ante la declaración del convento como monumento histórico a través del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) dirigido en aquel entonces por Don Ricardo.
Menciona Reina (2003), que el Instituto de Cultura Puertorriqueña fue el elemento clave de una nueva tradición cultural: una visión antropológica que toma en consideración las manifestaciones de cultura material como registro de una visión del mundo. Por primera vez, el gobierno de Puerto Rico, establece con claridad una política cultural pese a los ataques continuos del sector académico y gubernamental. Referente a la política cultural de Puerto Rico, la Guía de la Administración Cultural Iberoamericana (2003), se hace eco de las palabras de Ricardo Alegría referente al ICP y su continuo empeño en asuntos referentes a las influencias poderosas de Los Estados Unidos y la americanización de la cultura puertorriqueña.Según la Guía de la Administración Cultural Iberoamericana, esta tendencia, es uno de los factores que afecta grandemente el desarrollo de una nueva política cultural para Puerto Rico.
La cruzada interminable de Don Ricardo Alegría al igual que la de muchos hombres y mujeres por preservar la cultura, resulta una constante que requiere inyecciones a los presupuestos exiguos asignados y la participación de muchos sectores para evitar tendencias negativas que amenazan el acervo cultural de Puerto Rico y el mundo entero.
Urge la necesidad de crear programas que contribuyan a fomentar la preservación del patrimonio artesanal, de brindar la oportunidad al artesano de transmitir su conocimiento.La National Endowment of the Arts (NEA, por sus siglas en inglés) otorga becas a los maestros artesanos para que transmitan sus conocimientos a nuevas generaciones por medio del Programa de Artesanías.De esta forma se logra preservar aquellas artesanías tradicionales en peligro de desaparecer.Uno de los galardonados con el premio de la NEA lo fue Don Celestino Avilés, uno de los baluartes en la talla de santos que no se encuentra con nosotros.
Don Celestino Avilés – Talla de Santos
Fotografo: Pedro Amill Quiles
Si no se recopila información referente a estos maestros artesanos, su conocimiento quedara en el olvido, la memoria artesanal puertorriqueña desaparecerá.
No se debe olvidar que el conocimiento artesanal era transmitido por medio de la tradición oral, este conocimiento pasaba de generación en generación.Era transmitido de padres a hijos.Un buen ejemplo lo tenemos en las máscaras de Loiza.Don Castor Ayala, el mascarero por excelencia de las mascaras de Loiza, pasó su legado a Raúl Ayala.Raúl se ha convertido en el icono de las mascaras de Loiza hoy en día.
Raúl Ayala – Máscaras de Loiza
Fotografo: Héctor Rincón
Reafirmando lo ya señalado, UNESCO publica sus directrices para la creación de un sistema de “Tesoros Humanos Vivos” donde se exhorta a rescatar al artesano como fuente esencial de la identidad pasada de un pueblo cuya artesanía y tradiciones orales constituyen unamanifestación de aspectos culturales. Se subraya el apremio que debe existir por la perpetuidad de este patrimonio cultural artesanal tangible e intangible. A esta lista de indicadores se añaden varios estudios investigativos realizados.
Según Vázquez (2001) el patrimonio cultural artesanal puertorriqueño pierde actualmente elementos vitales que convinieran preservarse tanto para las generaciones presentes como futuras. Se corrobora igualmente mediante trabajo investigativo por el autor, la ausencia y la urgencia de establecer un organismo que viabilice la preservación del acervo cultural artesanal; un mecanismo que a su vez documente, organice y reúna este acervo colocándolo a disposición de todos, tanto a nivel local como internacional. A estos efectos la UNESCO reitera en la sección de acciones inmediatas, la designación de organismos como bases para procesar el flujo de información artesanal y establecer una coordinación entre las asociaciones y organizaciones artesanales.
Hoy por hoy el artesano es catalogado como un Monumento Viviente del patrimonio cultural de un país. Un elemento en peligro de extinción a nivel mundial y local según expertos promotores artesanales como Walter Murray Chiesa.Reafirmando lo ya señalado, UNESCO publica sus directrices para la creación de un sistema de “Tesoros Humanos Vivos” donde se exhorta a rescatar al artesano como fuente esencial de la identidad pasada de un pueblo cuya artesanía y tradiciones orales constituyen unamanifestación de aspectos culturales. Se subraya el apremio que debe existir por la perpetuidad de este patrimonio cultural artesanal tangible e intangible.
Rincón (2004) identifica la metodología de mercadotecnia más apropiada para canalizar el endoso del sector Público y Privado en la implantación de un organismo para la preservación de la memoria artesanal puertorriqueña.La pérdida del patrimonio artesanal es un problema que amerita atención inmediata y cuya importancia debe ser generalizada. Los mercadotécnicos conforman individuos claves en esta investigación. Sus destrezas particulares pueden ser de gran utilidad para concienciar sobre el impacto que representa la pérdida del patrimonio artesanal en Puerto Rico y lograr el endoso del sector Público y Privado para trabajar en pro de la memoria artesanal puertorriqueña.Sin embargo el tipo de mercadotecnia que se requiere es uno muy particular por tratarse de unos recursos culturales no reconocidos ni priorizados ampliamente, aunque si valorados afectivamente.
Finalmente, Barrios (2004), plantea la necesidad de crear productos multimedios en espacios virtuales. Utilizando el aprendizaje distribuido como herramienta para educar al pueblo puertorriqueño que visita las bibliotecas públicas, se imparte información y enseñanza sobre iconografía, técnicas e historia de la artesanía puertorriqueña.
Lista de Referencias
Barrios Lloréns, Rossana. (2004) Desarrollo de un producto informativo multimedios en línea basado en el concepto de aprendizaje distribuido como modelo educativo para la promoción, divulgación y apreciación del valor cultural de la talla de santos de Puerto Rico. Master thesis, Universidad de Puerto Rico. Recinto de Río Piedras. Escuela Graduada de Ciencias y Tecnologías de la Información, Puerto Rico.
Comunidad Iberoamericana de la Artesanía. 2004. (accedido el 5 de marzo de); disponible enhttp://65.54.246.250/cgibin/linkrd?_lang=EN&lah=cc61154f9338211f09dbf454011ebf61&lat=1083344160&hm___action=http%3a%2f%2fwww%2efundesarte%2eorg, Internet.
Hernández, Carmen Dolores. 2002. Ricardo Alegría: una vida. San Juan, Puerto Rico: Editorial Plaza Mayor, Inc.
Lara Figueroa, Celso A. 1977. Contribución del folklore al estudio de la historia. Guatemala: Editorial Universitaria.
Mejía, Myriam. 1990.La cultura popular y la biblioteca pública: guía para el manejo de información sobre cultura popular en bibliotecas públicas. Serie Bibliotecas Públicas, 3. Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura.
Murray Chiesa, Walter. 1996. Crónica artesanal puertorriqueña: apuntes para una historia artesanal de Puerto Rico. San Juan, Puerto Rico: Administración de Fomento Económico/Compañía de Fomento Industrial.
Organización de los Estados Iberoamericanos. 2004.Guía de la Administración Cultural Ibero Americana. (accedido el 4 de mayo); disponible enhttp://www.oei.es/cultura/pdf/PuertoRico.pdf, Internet.
Reina Pérez, Pedro Ángel. 2003. La semilla que sembramos. San Juan: Editorial Cultural.
Rincón González, Héctor. (2004). Mercadotecnia Social y Responsabilidad Social: elementos necesarios para canalizar el endoso del sector Privado y Público a; Centro de Información y Documentación Artesanal de Puerto Rico. Master thesis, Universidad de Puerto Rico. Recinto de Río Piedras. Escuela Graduada de Ciencias y Tecnologías de la Información, Puerto Rico.
Tricoche González, Noalín. 1998. La cestería: una artesanía en peligro de extinción. Boletín de Artes Populares, no. 15.
UNESCO. 2000. Directrices de la UNESCO para la creación de un conjunto de “Tesoros Humanos Vivos”. (accedido el 16 de octubre); disponible enhttp://portal.unesco.org/culture/es/ev.php@URL_ID=2243&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html, Internet.
Simbiosis
|
||||||||||||||||
Artículo
|
Vol.1 Num
|
|||||||||||||||
Gestión de conocimiento y tradición artesanal en Puerto RicoPedro Amill Quiles, MIS y José Sánchez Lugo, Ph.D. |
||||||||||||||||
INTRODUCCION Tradicionalmente, cuando nos referimos al trabajo teórico y práctico en torno a la gestión del conocimiento se ubica este proceso y estos esfuerzos en el mundo empresarial y en algunas ocasiones en el entorno educativo, sobre todo de la educación superior. Pocas veces, sin embargo se incluye la gestión del conocimiento como actividad legítima y valiosa en el mundo de las artes, mucho menos se le valora en el ámbito de las llamadas artes populares. El esfuerzo por preservar las tradiciones, las técnicas y los conocimientos específicos de la producción artesanal se mantienen más en la esfera del folklore que en la de las ciencias de la información. Este artículo, pretende explorar la vinculación de la práctica de la gestión del conocimiento con la propuesta para el establecimiento de un Centro para la Investigación y Documentación Artesanal en Puerto Rico (CIDA) (Amill,2004). Para abordar esta vinculación, iniciaremos discutiendo los postulados teóricos básicos de la gestión del conocimiento. Definiremos conceptos básicos de ese campo de trabajo en las ciencias de la información y se describirán algunas de las prácticas recomendadas en el mismo. Adjudicaremos énfasis a aquellas prácticas relativas al diseño de procedimientos y estrategias para la identificación y captura del conocimiento tácito, tipo de conocimiento que se mantiene en los maestros artesanos y que al momento, adolece de una vía para su preservación. Finalmente, y en el contexto de la descripción de la propuesta del CIDA, explicaremos la convergencia entre la gestión del conocimiento y la gestión cultural. GESTION DE CONOCIMIENTO Y MANEJO DE INFORMACION La información, ha sido considerada por algunos como unidad básica de la cual partimos para la creación del conocimiento. Wheatly (1999) plantea que la información es la unidad básica que no solamente nos informa sino que “nos forma”, en el sentido literal. Esta investigadora de las organizaciones sostiene que la codificación genética de cada ser humano no es sino la organización coherente de información, por lo cual hablar de que la información “nos forma” no es mera retórica sino una caracterización importante de la naturaleza e importancia de la información. En ese sentido, coincide con Castells (1996) quien ubica a la ingeniería genética como parte de las tecnologías de información. Ambos parten de un concepto de información que trasciende las definiciones usuales y se adentran y profundizan la reflexión sobre este concepto y sus aplicaciones. En ambos casos está presente una concepción y un manejo de la información creativo y reflexivo. Esto es, a nuestro juicio un claro ejemplo del proceso de la creación del conocimiento. El conocimiento, es distinto a la información. No toda la información existente llega a convertirse en conocimiento pues éste es el producto de una transformación que implica procesos tanto mentales como emocionales e incluso en ocasiones físicos. Precisamente por esta razón, el conocimiento tiene valor en sí mismo mientras que la información puede tenerlo potencialmente, no de forma intrínseca. Esto hace necesaria la gestión del conocimiento de forma tal que permita su maximización y beneficios. La gestión del conocimiento es definida por algunos autores como aquellas iniciativas y procesos organizacionales que persiguen lograr una combinación sinérgica de datos, las capacidades de procesamiento de información de las tecnologías apropiadas y la capacidad innovadora y creativa de los seres humanos que logra transformar esos datos e información en conocimiento, proveyendo así una ventaja competitiva a la organización (Malhotra, 1998). Es decir, la gestión del conocimiento implica sobre todo generar y aplicar los procesos y estrategias que permitan la identificación del conocimiento tácito y explícito y su organización coherente, de forma tal que éstos puedan ser utilizados con propósitos estratégicos. Esta diferencia entre estos dos tipos de conocimiento parten de la clasificación sugerida por Polanyi (1997) y de la concepción de Nonaka y Takeuchi (1995) del llamado ciclo de creación del conocimiento donde el conocimiento interior (tácito) pasa a convertirse en explícito al exteriorizarse y de la misma forma el conocimiento explícito pasa a ser tácito al pasar al interior de las personas, es decir al ser apropiado cognitivamente. Usualmente, la producción de conocimiento explícito, documentado en artefactos tangibles implica un proceso trabajoso pero relativamente sencillo una vez se diseñan las metodologías para su organización. Este es el proceso de organización y preservación del conocimiento explícito el cual se organiza y maneja de forma tangible a través de documentos, artículos, presentaciones ya sea en papel o en formato electrónico. Realmente, es el conocimiento que se manifiesta en productos que podemos manipular y que podemos utilizar de manera ocasional o sistemática sin que medie necesariamente la intervención de la persona o personas que colaboraron o aportaron en su creación. De otro lado, el conocimiento tácito es mas difícil de gestionar debido precisamente a su naturaleza intangible. EL CONOCIMIENTO ARTESANAL COMO CONOCIMIENTO TACITO La gestión del conocimiento tácito es un reto presente en cualquier organización ya que implica mantener una pléyade de estrategias que permitan su identificación, transformación y uso estratégico. Si afirmamos que es un reto en las organizaciones podemos apreciar lo que implica en el caso de los artesanos puertorriqueños que no están organizados eficientemente y cuyo intercambio formal en muchas ocasiones se limita a la participación conjunta en actividades y ferias de artesanías a las que son invitados o convocados. Las organizaciones gubernamentales que tienen ingerencia en la producción artesanal, el Instituto de Cultura Puertorriqueña, la Administración de Fomento y el Departamento de Educación no cuentan con las estructuras ni las estrategias para captar el conocimiento interior de los artesanos registrados como tales y documentarlos para hacerlos accesibles a interesados. Esta es una de las razones por la cual es tan problemática la gestión del conocimiento de este grupo. Para atender esta necesidad, se sugiere la creación de una entidad que posea las estructuras y genere las estrategias innovadoras y adecuadas que le permita atraer inicialmente un núcleo de artesanos que aporte su conocimiento para crear una base desde la cual partir para la transformación del conocimiento interior sobre el folclor y las artesanias en una fuente de conocimiento explícito para investigadores, estudiosos y personas interesadas en la producción artesanal ya sea como entretenimiento o como actividad económica. ANTECEDENTES AL PROPUESTO CENTRO DE DOCUMENTACION El objetivo principal de la investigación fue auscultar la existencia de alguna biblioteca o centro que reuniera las cualidades para convertirse en un centro de información y documentación artesanal, y que pudiera ejercer la labor de gestion del conocimiento de esta rama de las artes populares por entender que existe el peligro de que con la desaparición física de los maestros artesanos mucho de este conocimiento desaparezca igualmente. Puerto Rico posee grandes riquezas en arte, cultura, folclor e historia que son transmitidas por nuestros artesanos de generación en generación. Las artes populares reflejan un caudal de datos, información, conocimientos, costumbres, hechos y tradiciones que se transmiten a futuras generaciones, entre otras formas por medio de la historia oral. El artesano es capaz de difundir y preservar toda esa información históricocultural con una amplia variedad de estilos, formas y materia prima utilizada por él en sus creaciones. Son un reflejo de las festividades y costumbres de pueblo, un tesoro de historia y cultura de nuestro país. Son varias las teorías existentes sobre la importancia del acervo artesanal de un pueblo. Lara (1977) hace alusión a la historia oral como fuentes no escritas, que son menos utilizadas por la historia tradicional, no así por las ciencias sociales, donde se enmarcan los hechos folclóricos, hechos portadores de tradiciones que ofrecen datos de primera importancia, relatan historias vivas que entrelazan el presente y el pasado. Señala Lara en su Teoría del Folclor, que el hecho folclórico es un hecho social como resultado de hombres que han convivido en sociedad por un período de tiempo. El mismo se transmite de generación en generación dentro de una sociedad. En el hecho folclórico se transmite un patrimonio al cual se le incorpora la cultura de la clase a la que pertenece. Cabe señalar que el hecho folclórico mantiene su vigencia hasta tanto la sociedad a la que pertenece decide mantenerlo y conservarlo. Este proceso se puede dar a nivel consciente o inconsciente y puede darse el caso de que la sociedad a la que pertenece le pierda interés hasta que cae en desuso o llegue a extinguirse. En este caso el hecho pasa a la memoria de ancianos y se convierte en recuerdos individuales. De acuerdo con Lara, las tradiciones folclóricas que están en proceso de extinción se pueden transformar, ser sustituidas por otras o simplemente extinguirse por completo. Murray (1996) presenta al artesano como informante de la cultura popular y del folclor puertorriqueño. Se establece la importancia del estudio de la cultura popular, el folclor y la tradición oral como fuentes para recopilar información. Estas son las herramientas de que se vale la etnografía para estudiar y describir las razas o pueblos. Como es de notar tanto Murray como Lara concuerdan en la importancia de la tradición oral para la preservación del folclor de una sociedad. De acuerdo con Murray nuestras artesanías han mantenido un vínculo con las tradiciones de nuestro pasado. Como promotor artesanal ha recopilado mucha información valiosa referente al artesano y su diario vivir, información que está en espera de profesionales capaces de organizarla y ponerla al alcance del pueblo puertorriqueño. El autor hace alusión a los futuros investigadores y estudiosos de temas artesanales, entes capaces de descubrir y dar a conocer todo ese cúmulo de información folclórica, información necesaria para entender nuestras raíces y nuestra identidad cultural. Lo planteado por Murray abre puertas al especialista de la información permitiéndole incursionar en el campo de la investigación cultural de nuestro País para aplicar las prácticas identificadas con la gestión del conocimiento. Plantea Murray que el folclor está en la mente del artesano de edad avanzada, a quienes se refiere como biblioteca viviente. El propósito de Murray es preservar aquellas destrezas y técnicas necesarias para las manifestaciones culturales, que son consideradas de alto valor artístico. Murray vincula al artesano con nuestra historia, un ser capaz de preservar nuestro folclor mediante sus creaciones. Según el autor “cuando muere un artesano… perdemos un artista abnegado… Cuando muere un artesano… perdemos un capítulo de nuestra historia…” Esto representa desde el punto de vista de la gestión de conocmiento la triste realidad de que ese conocimiento interior acompaña al artesano a la tumba y no queda sino el producto de ese conocmiento. Las formas de conocimiento que permitirian replicar esos productos es lo que se va escapando con la desaparición física de los poseedores del saber artesanal. Es recomendable, pues crear un ambiente que ayude a perpetuar el arte por medio del intercambio de conocimiento e información. Se debe organizar y documentar todo patrimonio disperso en cada rincón de nuestra Isla. Es de vital importancia ubicar y proporcionar ese cúmulo informativo al historiador, al sociólogo, al promotor, al investigador incansable y a la gente de pueblo, carente de información accesible. Tricoche (1998) en su estudio sobre la cestería puertorriqueña para los años ochenta, presenta la artesanía tradicional como una manifestación de gran importancia para el testimonio del patrimonio cultural. Por medio de estas se pueden evidenciar los procesos de formación histórica, el desarrollo social, tecnológico y el medioambiente de las comunidades dedicadas a la producción artesanal. Es necesario conocer aquellas artesanías que están en peligro de desaparecer y saber qué artesanos, si alguno, las está trabajando. Hay que documentar la labor y salvaguardar el conocimiento de estos artesanos para beneficio de futuras generaciones y preservar nuestra herencia cultural. Mejía (1989) indica en su libro, que las actividades artesanales sufren cambios a través del tiempo, por lo que es imperativo tomar la tarea de recopilar toda la información posible referente al artesano y su actividad artesanal. Por otro lado, es necesario conocer las necesidades de información de los investigadores, los promotores y las agencias gubernamentales que establecen políticas relacionadas con el acervo artesanal. En un interesante artículo, Vargas (1992) hace referencia a la falta de investigación dentro del área de la artesanía puertorriqueña. Recalca que existen trabajos monográficos dedicados a un tipo de artesanía en particular, pero que no se ha hecho ningún intento por enmarcar esa información en el contexto social, económico e histórico, que es de donde se produce la artesanía y el lugar donde convive el artesano. En Puerto Rico existen diversos organismos interesados y obligados por ley en la preservación del patrimonio cultural, lo que ha dado paso a un paulatino desarrollo e interés por trabajar estrechamente con el artesano. Entre estas agencias se encuentran el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), la Compañía de Fomento Industrial (PRIDCO, por sus siglas en inglés) y la Compañía de Turismo de Puerto Rico (CTPR). La labor de estas tres agencias vinculadas con el quehacer artesanal, demuestran interés por dar a conocer la labor que realizan nuestros artesanos o por lo menos, por generar un mercado para las artesanías. Las agencias vinculadas con el quehacer artesanal han publicado información muy valiosa sobre nuestros artesanos, información que se encuentra dispersa en bibliotecas, colecciones públicas y privadas. De esta forma se pierden un sinnúmero de artefactos, contenedores de conocimiento explícito que toman la forma de boletines, hojas sueltas y literatura gris publicada durante estos grandes eventos artesanales o publicados por bibliotecas o centros culturales del País. Por otra parte, el estudio realizado no encontró evidencia de gestiones gubernamentales para el establecimiento de un centro capaz de reunir todo el acervo de conocimientos relacionados con las artesanía puertorriqueñas para su preservación, conservación y difusión. El Centro propuesto puede contribuir a mantener el sentido de identidad que Tricoche menciona en su trabajo. Como es de notar todos los estudios y artículos mencionados apuntan hacia la necesidad de recopilar, mantener y preservar todas esas tradiciones que le dan sentido de pertenencia en la sociedad al individuo; y no sólo las tradiciones sino a las costumbres que van surgiendo y que en un futuro serán parte de la tradición del pueblo puertorriqueño. Esta iniciativa para identificar y organizar el conocimiento acumulado por nuestros artesanos cobra cuerpo en el propuesto Centro de Información y Documentación Artesanal. El Centro mantiene las postulaciones de Lara en su teoría mediante la recuperación y preservación de información dispersa dentro y fuera de Puerto Rico. Fuera de Puerto Rico, ya que es importante incluir a los puertorriqueños de la diáspora, contamos con barrios de puertorriqueños en New York, Chicago y Florida, entre otros lugares. Gente arraigada a una cultura que dejaron en el momento en que salieron de Puerto Rico y gente arraigada a una cultura aprendida y modificada por los adelantos tecnológicos y por la sociedad multicultural en la que viven. Se han realizado esfuerzos por rescatar la artesanía y mantener viva una tradición legada por nuestros antepasados, además se han llevado a cabo esfuerzos para ayudar a mantener el mercado de trabajo de los artesanos y dar a conocer sus obras. Luego de estas iniciativas a favor de la artesanía puertorriqueña por parte del gobierno, las agencias privadas y las organizaciones sin fines de lucro, es el momento de reunir el acervo artesanal puertorriqueño para su preservación, conservación y difusión. Es necesario crear un espacio que se responsabilice en custodiar ese conocimiento y preservarlo para futuras generaciones; un centro capaz de rescatar toda la información posible, tanto oral como escrita, que documente la aplicación del conocimiento del artesano puertorriqueño, que sirva de centro de información, de distribución, dirigido a documentar e investigar todas esas costumbres y tradiciones que enriquecen nuestra cultura. Un espacio que se encargue de rescatar, difundir y custodiar el conocimiento interior o tácito que en la mayoría de los casos se encuentra en la memoria de personas de edad avanzada. Uno de los propósitos del estudio fue documentar la necesidad de recopilar información artesanal, para un público interesado en el acervo artesanal y sugerir un espacio que responda a dichas necesidades. Este espacio debe garantizar el acceso a los artesanos e investigadores al acervo bibliográfico y documental existente sobre la artesanía puertorriqueña, tanto a nivel local como internacional, ya sea por medio electrónico o por préstamos interbibliotecarios. Mediante el acceso de investigadores e interesados en la tradición artesanal puertorriqueña el conocimiento se recreará y fortalecerá permitiendo así un desarrollo sostenido de la creación artesanal que es puntal de la cultura del país. El establecer el Centro de Información y Documentación Artesanal, además provee un espacio de trabajo profesional y de investigación profesional de información. Para este profesional, incursionar en un área tan importante como lo es la cultura de nuestro País representa una nueva e innovadora aportación a la profesión mientras estará colaborando con el establecimiento de servicios de información en nuestra sociedad, ejerciendo sus capacidades como pensador crítico y capaz de proponer alternativas y soluciones. Además le permite al especialista de la información desempeñarse como agente de cambio, involucrarse en la comunidad, ser proactivo y creativo, ofreciendo nuevos servicios de información al mismo tiempo que preserva el patrimonio artesanal puertorriqueño. Incluso, permite al especialista de la información desarrollar productos multimedios, bases de datos y comunidades virtuales; crear servicios de información para campos multidisciplinarios. Este profesional de la información desempeñaría un papel protagónico como enlace de las diversas agencias y entidades que atienden este sector de artistas. El estudio realizado reveló que las agencias gubernamentales a cargo del quehacer artesanal, Fomento y el ICP, han demostrado ser las instituciones más comprometidas con el artesano y con la preservación de las tradiciones y costumbres puertorriqueñas. De acuerdo con los hallazgos de la investigación, tanto los artesanos como los investigadores, concuerdan en que estas dos agencias tienen un compromiso por preservar la labor creativa de los artesanos. Sin embargo, también se evidencia la ausencia de iniciativas y estrategias para una adecuada gestión del conocimiento artesanal en el país. De los resultados obtenidos se identificaron dos agencias con capacidad de hacerse cargo del Centro de Información y Documentación Artesanal. El Instituto de Cultura y la Universidad de Puerto Rico fueron las agencias señaladas por los artesanos y los investigadores con potencial para administrar el Centro de Información y Documentación Artesanal. En el caso de la UPR, que fue la más criticada por no estar trabajando a favor del artesano y su obra; aun así fué recomendada para llevar a cabo este proyecto. La UPR cuenta con un archivo, un museo y el Sistema de Bibliotecas, bajo el cual podría estar ubicado el Centro y establecer lazos con el archivo y el museo para la documentación de la información y el conocimiento. El mismo caso pasaría con la Biblioteca Nacional. Como dependencia del ICP, puede coordinar con el Archivo General de Puerto Rico, así como con el Museo de las Américas. CONCLUSION El estudio llevado a cabo revela la necesidad y urgencia de establecer el Centro de Información y Documentación Artesanal Puertorriqueño, según expresaron la totalidad de los entrevistados. Urge la necesidad de recopilar no sólo los artefactos que evidencian el conocimiento acumulado de esa producción artesanal sino los documentos que aportan al conocimiento de su historia y desarrollo. Es urgente de igual forma la identificación de los poseedores del conocimiento tácito, conocimiento que reside en las memorias de los viejos maestros artesanos antes de que sea muy tarde. Recientemente, el Pueblo Puertorriqueño perdió un Monumento Viviente, una de estas grandes figuras en el renglón de la Talla de Santos, al Maestro Don Celestino Avilés, quien fue galardonado por la National Endowment for the Arts de Estados Unidos (NEA). Don Celestino trabajó en pro de la tradición puertorriqueña, específicamente en la preservación de la talla de santos, realizando uno de los eventos más concurridos de la artesanía puertorriqueña: el Encuentro de Santeros en Orocovis, ciudad del centro montañoso del país. La pérdida de figuras como Don Celestino, sin que se documente su obra y se capture su conocimiento es la gran preocupación que motivó el estudio. Por otro lado tenemos a los artesanos creando publicaciones sobre sus técnicas, publicaciones que no se recogen en las principales bibliotecas puertorriqueñas. Este es el caso de Pilo Suárez y Celso Suárez, que han publicado la Imaginería Popular Puertorriqueña, en dos volúmenes, y Francisca Hernández que publicó Los Soles de Naranjito. Así como boletines, hojas sueltas y programas de ferias que se distribuyen constantemente, publicaciones que son ediciones limitadas y luego no suelen conseguirse. Existe la ausencia de una inciativa para el rescate de información artesanal, tanto oral como escrita, que documente dicho acervo cultural, que funja como centro de información, documentación, investigación y distribución, que preserve el acervo artesanal como uno de los elementos para desarrollo integral de Puerto Rico. Es decir, se requiere una iniciativa de gestión del conocimiento que atienda esta necesidad plenamente documentada. Luego de constatar la necesidad del Centro de Información y Documentación Artesanal Puertorriqueño, se recomienda a la legislatura de Puerto Rico enmendar la ley 166 para incorporar el Centro de Investigación y Documentación Artesanal Puertorriqueño a la misma. El mismo puede ser una unidad aparte o puede estar integrado a una de las agencias a cargo de la política pública artesanal de acuerdo con las visiones expresadas por los entrevistados. Luego de evaluar los diferentes documentos sugerimos que el Centro se establezca bajo la dirección de la Biblioteca Nacional de Puerto Rico. La Biblioteca Nacional es la que tiene a su haber la recopilación del repertorio Puertorriqueño, por otro lado, está adscrita al Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), organismo encargado de los asuntos culturales del País. Se entiende que el ICP y la Biblioteca General cuentan con una infraestructura que los capacita para la implantación y dirección del Centro de Información y Documentación Puertorriqueño. Nada de esto será posible sin embargo si no se conceptualiza como una iniciativa de gestión del conocimiento. La idea no es identificar, capturar y almacenar esta información. Por el contrario lo que se propone es mantener viva la artesania en sus diversas manifestaciones a través de una inciativa de estas entidades que permitan una continua interacción entre los sectores artesanales, los investigadores y las agencias a cargo de la promoción y desarrollo de éstas. Es esencial hacer este conocimiento disponible para los interesados. La gestión del conocimiento, provee las herramientas conceptuales apropiadas para hacer realidad el propuesto Centro y convertirlo en una entidad que haga uso de este conocimiento que por décadas ha ido acumulando nuestro pueblo para su beneficio, orgullo y desarrollo económico y espiritual. REFERENCIAS
*Afiliación:
|