Los derechos culturales
19 de agosto de 2014
Efrén Rivera Ramos
Gozar de las artes. Beneficiarse del adelanto científico y tecnológico. Exigir el respeto a las creaciones intelectuales propias. Tener acceso equitativo a las instalaciones donde se producen y exhiben productos culturales. Usar sin cortapisas la lengua materna. Reclamar que se permita la expresión pública de las características culturales de la comunidad a la que se pertenece. Tener el beneficio de la interpretación mediante el lenguaje de señas y otros medios que permitan apreciar lo que se produce en el mundo del arte. Participar plenamente en la vida cultural de la comunidad. Éstas son algunas manifestaciones concretas de eso que llamamos los derechos culturales.
Los derechos culturales no han tenido la prominencia mediática de los derechos civiles y políticos o de los derechos económicos y sociales. Sin embargo, son de importancia cardinal para las personas, los grupos minoritarios y los pueblos. Tienen que ver con la configuración y expresión de identidades individuales y colectivas y con la posibilidad de imaginar y crear mundos alternativos.
Participar en la vida cultural es una forma de ejercer los derechos ciudadanos, de fortalecer la capacidad de actuación social y política, de crear comunidad y de darle sentido al pasado, incidir en el presente y contribuir a conformar el futuro.
La comunidad internacional ha ido reconociendo la importancia de esos derechos. Así lo hizo con la Declaración Universal de Derechos Humanos, promulgada por la ONU en 1948, y con el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que entró en vigor en 1976.
Otras convenciones internacionales han reconocido derechos relacionados con el patrimonio cultural físico, el patrimonio cultural inmaterial y la protección de la diversidad de expresiones culturales. Se han reconocido también como derechos culturales los derechos de las minorías raciales y étnicas -sobre todo sus derechos lingüísticos- y los derechos particulares de las poblaciones autóctonas.
Un buen número de constituciones contemporáneas, como las de Bolivia, Colombia, Canadá y otros países del hemisferio americano, han recogido en sus textos una cosecha nueva de derechos culturales que ameritan el trato de derechos fundamentales.
Por otra parte, ya desde la Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993, se proclamó que todos los derechos humanos son “indivisibles e interdependientes y se relacionan entre sí”. Es decir, no se pueden discutir los derechos culturales sin relacionarlos con el derecho a la educación, a la libertad de expresión, a la información, a la asociación, a la participación política, incluso al trabajo, a la salud y al desarrollo, y mucho menos sin conectarlos con el derecho a la igualdad y a no ser objeto de discriminación.
Hoy día, además, los derechos culturales han adquirido una dimensión transnacional. Por ejemplo, la Convención sobre la Protección y la Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales insta a los estados parte a tomar medidas para que sus poblaciones puedan disfrutar de acceso equitativo a las diversas expresiones culturales procedentes de su territorio “y de los demás países del mundo”.
Finalmente, los derechos culturales no pueden concebirse solamente como derechos individuales. Son también derechos colectivos. El ejemplo más sobresaliente es el derecho a la autodeterminación de los pueblos. Tanto el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales declaran que “todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este derecho establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su desarrollo económico, social y cultural”. En fin, todos los pueblos tienen derecho a determinar libremente su desarrollo cultural. En el caso de Puerto Rico, las repercusiones son enormes, merecedoras de un análisis más detallado.
Estas proclamaciones chocan frecuentemente con la realidad. Las imposiciones coloniales, las guerras y las diversas formas de desigualdad excluyen a numerosas personas, grupos, comunidades y pueblos enteros del pleno disfrute de sus derechos culturales.
Se impone una agenda de reivindicaciones de estos derechos tan contundente como las que se han emprendido en torno a otros con los que guardan estrecha relación. Tomado de:
El Galerinto de Santurce el Ley
Grupo crea un híbrido de laberinto y galería lleno de murales y piezas en madera y canvas para una experiencia única durante el festival de arte
Regresa Santurce es Ley
5 de agosto de 2014
Cultura
Este año el proyecto se enfocará en la tridimensionalidad. Vídeo
Por Mariela Fullana Acosta / mariela.fullana@gfrmedia.com
Este año el evento regresa en su quinta edición (SEL5) que se celebrará este viernes y sábado, de 12:00 del mediodía a 12:00 de la medianoche, en la calle Cerra, y el domingo, a partir de las 11:00 a.m., en el Museo de Arte Contemporáneo de Puerto Rico. (
Eran las 12:00 del mediodía en la calle Cerra en Santurce y las paredes parecían sudar gotas de pintura que resbalaban hasta salpicar en la brea caliente.
El colectivo Moriviví, compuesto por siete mujeres, pintaba un mural al son de la canción “Tu loco loco y yo tranquilo”, la versión del grupo Buscabulla. Las jóvenes artistas iban cuidando cada detalle de su enorme pieza en la que se puede apreciar a una mujer dándole respiración boca a boca a un hombre.
Una de las artistas, montada en una grúa, dibujaba en la parte alta del mural con un pincel, atendiendo los detalles. Mientras la otra, con rolo en mano, cubría otras áreas de la pared. Potes de aerosol y latas de pintura las rodeaban.
Bajo el candente sol que cubría de brillo la zona, caminaba calle abajo Alexis Busquets, quien tan pronto llegó al área donde están las artistas, saludó y pregunó cómo iba todo.
Busquets es el director y curador del evento Santurce es Ley, una iniciativa de arte urbano que nació en el 2010 y que ha seguido desarrollándose con artistas emergentes nacionales e internacionales.
Este año el evento regresa en su quinta edición (SEL5) que se celebrará este viernes y sábado, de 12:00 del mediodía a 12:00 de la medianoche, en la calle Cerra, y el domingo, a partir de las 11:00 a.m., en el Museo de Arte Contemporáneo de Puerto Rico.
Alexis Bousquets, creador del proyecto Santurce es Ley, explica el enfoque del evento y presenta algunos de los artistas participantes.
Busquets destacó que en esta edición más de 20 artistas plasmarán sus obras en esta galería al aire libre, donde el arte confluye con los colores y el vaivén de la comunidad santurcina.
“El proyecto se está enfocando este año en la tridimensionalidad de las ideas, además de sacar lo bidimensional a algo más tangible. Estamos interviniendo diferentes tipos de objetos y superficies”, explicó Busquets durante un recorrido que ofreció por la zona.
A manera de ejemplo, mostró la pieza del artista Elvin Smite, quien dibujó a las afueras del local Patio de Solé un árbol que parece extender sus ramas hasta un árbol real que queda en el patio interior del establecimiento. También está la obra de Shet Rock en la que el público podrá utilizar sus celulares para iluminar la pieza, en la que se destaca aquella imagen famosa de José Miguel Agrelot “Don Cholito” boxeando con Muhammad Ali o El Galerinto, una galería en forma de laberinto repleta de obras del colectivo Camiseta.
Busquets destacó que este año también se incluye un homenaje al Taller Alacrán -que ubicaba en la calle Cerra- con un trabajo de Ricardo Sánchez, en el que cita piezas de los reconocidos artistas puertorriqueños Carmelo Sobrino y Antonio Martorell.
Los murales políticos se destacarán de igual forma, con una obra del colectivo Basta, titulada Un viaje con más náufragos que navegantes, en la que un mar rojo y una estela de cadáveres anuncia el saldo de la conquista española.
“La línea de trabajo nuestra es la crítica social y política, replantear nuestra historia y ahora mismo estamos tirando ese planteamiento que fue el verdadero descubrimiento de América y Puerto Rico”, explicó Roberto “Yito” Tirado, uno de los miembros del grupo.
Además de los murales, Santurce es Ley 5 incluirá el proyecto Pausa comercial, en la que 11 billboards del área metropolitana mostrarán piezas de diversos artistas durante los días del evento, así como el festival Neo-Divedco, donde se exhibirán documentales de directores locales contemporáneos.
En cuanto a la integración de la comunidad santurcina en el festival, Busquets dijo que se llevarán a cabo talleres de arte para niños y niñas y que cuentan con el apoyo de los Originales de la 15, así como de otros grupos de la zona que patrocinan el evento.
“Cada vez (la comunidad) se abre más a la idea y lo ven como algo positivo, siempre nosotros tratamos de unir a la comunidad porque no queremos ser invasivos y respetamos a la comunidad. Ellos creen en lo que hacemos y saben que la calle y la comunidad coge vida con este evento”, concluyó Busquets.
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