Copia de carta que enviara Antonio Martorell al Gobernador Luis Fortuño
Arte, matemática y verdad
Señor Gobernador Luis Fortuño:
He leído no sin sorpresa sus columnas periodísticas en las cuales
alude a “algunas personas (que) han pretendido confundir a la opinión pública
respecto a la importancia que tiene para nuestra Administración la defensa y
promoción de las artes y la cultura”. Continúa usted haciendo referencia a una
“campaña de desinformación sobre la supuesta situación presupuestaria de la
Escuela de Artes Plásticas” y que estas personas “con menosprecio de la verdad
han esbozado una argumentación demagógica basada en números inventados por ellos”
Usted me conoce y sabe que soy una de esas “personas” a las que
hace referencia. Yo sí me dirijo a usted con cargo, nombre y apellido para que
no quede duda a quien me refiero. Osa usted acusarnos de desinformación y de
menosprecio a la verdad. Es usted el que aparenta estar desinformado y eso debe
ser motivo de preocupación de parte de los gobernados. ¿O es acaso usted el que
falta a la verdad como lo ha hecho en otras ocasiones cuando dice una cosa y
hace otra?
Si le contesto es porque estoy desde muy temprano identificado con
la Escuela de Artes Plásticas. Recibí en ella como tantos otros artistas mi
principal adiestramiento cuando en sus orígenes la Escuela estaba constituida
por talleres de aprendizaje en el Instituto de Cultura Puertorriqueña bajo
ilustres maestros como Homar, Tufiño, Compostela y Mass. Luego fui profesor
allí al establecerse como Escuela que ha graduado generaciones de notables
artistas que sirven y prestigian a nuestro país dentro y fuera de él. No son
“argumentaciones demagógicas” sino preocupaciones pedagógicas las que animan
nuestros justos reclamos.
No es nuestro oficio “inventar números” como usted proclama. Nos
basta a los artistas con crear un inventario de imágenes que tanto celebra las
bondades como en ocasiones señala los males de nuestra sociedad. Pero sí
sabemos sumar y restar y nos percatamos, a pesar de los malabarismos
matemáticos con que su gobierno pretende confundir a la ciudadanía encubriendo
la proyectada quiebra de las finanzas de la Escuela, que ésta resultaría
inoperante cuando de aquí a dos años se quede huérfana de fondos recurrentes.
La merma en la plantilla administrativa mientras tanto empobrece día a día el
desempeño institucional.
La reducción real del presupuesto proveniente de la Resolución
Conjunta para la Escuela de Artes Plásticas es de 89%. Si se compara el
presupuesto recomendado de 2010-2011 que es de $374,000 con el de 2008-2009 que
fue de $3,328,000 queda clara la reducción del 89%. Esto es lo que hemos
señalado con anterioridad. Esta reducción mayor se encubre en el presupuesto
bajo la asignación temporera, no recurrente, de los fondos ARRA y de los bonos
provenientes del Fondo de Estabilización o bonos criollos. Éstos no son
recurrentes, de manera que los recortes que se imponen se sufrirán aun más en
dos años.
Por supuesto que no estamos solos en la desgracia. La destrucción
acelerada del Instituto de Cultura Puertorriqueña con el resultado de despidos
masivos, museos cerrados y deterioro sin remedio de planta física y colecciones
no es invento nuestro. Es una realidad palpable y dolorosa que atañe a toda la
ciudadanía que ve desaparecer el legado cultural de siglos bajo el rubro de
“economías necesarias”. El asalto a las finanzas de la Universidad de Puerto
Rico y su intento de desmantelamiento ha generado una resistencia y
combatividad ejemplar. En el caso particular de la Escuela de Artes Plásticas
es de notar que los artistas plásticos del país tenemos larga y honrosa
tradición de defender nuestra patria y sus valores. No es de extrañar entonces
que sea esta institución de las más afectadas en un vano intento de amordazar
la disidencia estrangulándola económicamente.
No pretenda usted que aceptemos sin protestar tan cruel proceder ni que nos
silencien las mentiras y las medias verdades.
No inventamos números.
Recreamos realidades, señalamos injusticias y no toleramos inequidades.
El arte no es mero ornamento, también revela dolores y extirpa males.
Es un oficio y un deber.
Antonio Martorell
Artista Residente
Universidad de Puerto Rico, Cayey
(favor de difundir lo más posible entre tus conocidos)
En esta carta el gobernador acusa a ciertas “personas”como indica Martorell de demagogia, casualmente el alcalde de Yauco Abel Nazario también acusó a Seijo de demagogo. Parece ser la palabrita de moda de nuestros politiqueros. Añado la definicion de la Real Academia Española para beneficios de estas personas que juegan a ser politicos.
demagogia.
1. f. Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular.
2. f. Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder.
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